domingo, 3 de octubre de 2010
SOBRE EL ORIGEN DEL NOMBRE DEL BAILE DE LA LLORA DEL ESTADO ARAGUA EN VENEZUELA
A PROPOSITO DEL BAILE DE LA LLORA
Por Luis Alfredo Valles Silva
Aprovecho este magnífico espacio, para expresar mis opiniones en torno a las consultas que algunas personas interesadas de nuestras manifestaciones tradicionales me han solicitado, para ser más específicos, en torno al origen del nombre de La Llora.
El Baile de La Llora, hoy día circunscrito a las comunidades de Zuata (Parroquia No Urbana Zuata) y La Victoria, ambas del Municipio José Félix Ribas del Estado Aragua. Es una estampa tradicional reconstruida a partir de un minucioso trabajo de investigación de campo, realizado en la década de los setenta por un grupo de victorianos amantes de sus tradiciones, entre los que cabe destacar a los miembros del Grupo Cultural Vera, encabezados por el folklorista y músico Aníbal Guerreiro, entre otros, para ello se empleó la técnica de la entrevista entre los llamados actualmente “libros vivientes”, es decir personas mayores que en sus mejores tiempos de vida presenciaron unos y participaron otros en los ya idos bailes de lloras de la región en referencias.
De las interesantes conversaciones con los referidos informantes, se logró componer la suite criolla, la misma referida en crónicas de la época del General Juan Vicente Gómez, del cual se dice fue asiduo bailador de Llora y fiel defensor de esta expresión que se evidencia cada dos de noviembre en Zuata y un sábado elegido según los organizadores en la ciudad de La Victoria, ambas del municipio José Félix Ribas, compuesta de siete (07) llamémosle sones o partes, de forma secuencial encadenadas o concatenadas por medio de un sonido gutural, producido por los propios bailadores semejante a un “grito indígena”, estos sones son a saber: La Sambainina, Zambaina ó “Zambaibina”, La Vaca, El Oso, San Juan y La Magdalena, La Chispa y El Palito a Palo ó Palito, la mayoría de estas reminiscencias o retazo de acciones festivas de grupos indígenas del lugar, tal es el caso de la Sambainina o Zambainina, que según algunos informantes se ejecutaba en forma sigmática o de entrelazamiento del grupo de participantes, a la usanza de la mayoría de bailes aborígenes.
Quedó por reconstruir, por falta de información, más precisa, otros sones, entre los que deben citarse El son de La Mazurca, confundida con el nombre de La Mazorca y el de El Aguacerito ó Aguacerito de Dios, estos dos sones, tienen sus homólogos en otras regiones, por ejemplo La Mazurca se baila, hoy día con menos incidencia que como se bailó en las primeras décadas del siglo pasado en Yaracuy, de hecho en las Islas de las Antillas Menores (Aruba, Bonaire y Curazao) también suele bailarse como reminiscencia de la antigua Mazurca Polaca que causó furor en los salones de bailes de toda la América Colonial y post colonial; en cuanto al aguacerito, en la actualidad quedan retazos de esta pieza en el estado Guárico, como un tradicional joropo puntual, en algunos pueblos en Colombia es un Juego de ronda con acciones mímicas propuestas por cada uno de los jugadores al resto del grupo, acá se nos presenta una incógnita, guardará alguna estrecha relación lo pantomímico de toda la suite criolla llamada Llora en la Venezuela folklórica con la forma lúdica del aguacerito que aún se evidencia en pueblos colombianos?
Origen del Nombre de La Llora
Por lo general, todos los grupos aborígenes de Venezuela, por los menos los que existieron en la región central y occidental, acá debemos aclarar que casi todos los grupos étnicos o aborígenes de esta zona desaparecieron, a los sumo prevalecen en el Estado Zulia el Grupo Wayüü (mal llamados Guajiros) ubicados en la, actual, región de La Goajira, los Yucpa y los Barí, ubicados en la Sierra de Perijá; en los Estados Lara y Falcón, los descendientes de los Grupos Ayamán y Gayón y en el Estado Yaracuy, en una pequeñito sector perteneciente al Municipio Bolívar llamado “Cararapa” los descendientes del también grupo “Ayamán”, pues el resto de grupos fueron absorbidos por la cultura hispana y sincretizada posteriormente con la afrodescendiente. Retomando la idea, es de estos grupos étnicos de los cuales hemos tenido más conocimientos, por estar inmersos en la misma zona cultural; Estos grupos, una vez culminados, algunos, por no decir que la mayoría o todos sus rituales ancestrales, realizan homenajes a sus antepasados, dichos homenajes eran de lo mas disimiles o diversos, en la actualidad los Wayuu, aún practican un ritual muy ancestral, el mismo llamada el “Desentierro “, que consiste en que a los años de haber fallecido y de ser sepultado en un sitio determinado un familiar, el mismo es desenterrado, tras un conjunto de aspectos que le dan fisonomía particular al acto, allí asisten, previa convocatoria, parientes cercanos, lejanos y amigos del grupo tribal, el evento dura algunos días, se construye en el lugar un especie de campamento donde pernoctan los asistentes, allí se desarrollan cantos, relatos, danzas, entre otros aspectos de la cultura Wayuu, lo que concluye con el verdadero acto del desentierro del familiar, durante el cual se realiza la llamada “Llora”, es un aspecto verdaderamente conmovedor, pues los parientes más cercanos del difunto, van relatando aspectos significativos de la época cuando aún vivía, mientras limpian y acarician los restos mortales de este, es algo muy impresionante, pues no emplean protección alguna para manipular estos restos, lo que en otras condiciones sería causa de enfermedades, cada instante que relatan o refieren una acción del difunto “lloran espectacularmente” por eso le han dado a llamar a esa acción una “Llora” cuyo nombre debería ser “Lloradera”.
Así mismo los descendientes de los grupos Ayamán y Gayón del Estado Falcón, durante la realización de la llamada “Tura Grande”, la cual prosigue días o semanas posteriores a la llamada “Tura Pequeña”, anteriormente realizada en lugares ocultos y durante varios días, única y exclusivamente limitada a los verdaderamente descendientes directos de los grupos referidos y la cual culminaba -desconocemos, si en la actualidad aún se desarrolla de igual manera, hace aproximadamente unos 20 años que, desafortunadamente, no presenciamos una “Tura Grande”-, con una “Llora” caracterizada por el “lloro espectacular” pautado al, los participantes de la ceremonia hacer reminiscencias de sus ancestros desaparecidos que no participaron en esa Tura y de los presentes que tal vez no estarán en la siguiente.
Tal eventualidad se evidenciaba en todos los grupos étnicos de la región, con características puntuales en muchos casos, pero con similitudes en casi todos.
Como acotásemos anteriormente, la mayoría de los grupos aborígenes de esta región (central y occidental de Venezuela) se amalgamaron o sincretizaron con las culturas hispana y africana que predominaron en la misma y hoy día sus costumbres aparecen dispersas, solapadas y casi imperceptibles, sin embargo una de ellas es el culminar los eventos, a veces festivos a veces mortuorios, con el significativo acto de “llorar espectacularmente” a sus familiares o parientes cercanos fallecidos, tal caso aconteció en las comunidades del Estado Aragua, en donde se evidencia el Baile con el nombre de La Llora, se estima que los primigenios sones que caracterizaron a este folklórico o tradicional baile, fueron otros, o los actuales y otros, pero que se criollizaron tanto con el tiempo que se transformaron en otros, se estima que en él son del Palito o Palito a Palo, el grupo imitaba a un pariente, ya fallecido, cuando andaba bajo los efectos del aguardiente, según lo anteriormente descrito al culminar esa imitación o escenificación vendría la Llora o el acto de llorar, fue así, como el tiempo y los nuevos aires, sobre todo el gusto de las juventudes, que en toda época es de ímpetus muy similares hizo que se fuese perdiendo el motivo principal de la manifestación que era el llorar y sólo fuese quedando la parte festiva, imitativa o pantomímica. Es así como se ganó el Nombre el Baile de La Llora, aunque en ella en la actualidad no se llora para nada y por nada.
La ultima premisa que nos queda, sería el aclarar, el por qué se efectúa principalmente el dos de noviembre, coincidiendo con la fecha de celebración de la iglesia católica del día de los “Fieles Difuntos” o día de los “Muertos”.
Estimando que la manifestación conservaba el nombre de La Llora, había que atribuirle o buscarle un motivo que justificara dicho nombre, y conste, que desde la época de participación del General Juan Vicente Gómez, ya se realizaba el dos de noviembre, con ello queremos dejar bien en claro, que lo de ubicarle el dos de noviembre como fecha de celebración, no fue idea de los rescatadores de la misma, fue de los bailadores de aquellas épocas, cuando, inclusive, muchos la consideraron baile de “mabíles” o de lugares de mala reputación, pues en sus últimas etapas de ejecución entro en decadencia a raíz de ser ejecutada en estos lugares. Las crónicas que se tiene de este baile acotan que se realizaba el dos de noviembre, dado a que era una danza en homenaje a las acciones realizadas por personas que ya eran difuntos, por tal razón debía ejecutarse ese día y no otros, se estima entonces que la iglesia católica ha debido tener injerencia en esta parte.
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